lunes, 8 de noviembre de 2010

D.de Sevilla,corte trafico avenida " ASFALTO, ESPACIO PROTEGIDO”.

Diario de Sevilla.
Sr. Director:

Lamento decir que no me ha gustado hoy el reportaje de  Ana Fernández: “ASFALTO, ESPACIO PROTEGIDO”.
Yo he participado en celebraciones de la bicicleta y, la defiendo junto con su carril. No lo critico en plan derrotista como hace el PP pues me parece magnífico que una ciudad fomente su uso facilitándolo con carriles.

Pero de una “celebración del uso de la bici” a una campaña sobre “la conquista peatonal de la calzada”, creo que hay una gran diferencia pues se trata de  una actitud derrotista con el usuario del vehículo a motor.
Si a los ciudadanos ciclovida se suman los palmeros del plan de movilidad sin motor  se puede llegar a una actitud tan dictatorial como la de los ciudadanos provida  en su negocio de política religiosa.

El reportaje elogia el uso de una calzada principal para que los niños aprendan a patinar; en la foto también se ve un perrito, siendo el pipican otro uso probable para  la carretera.

Pero lo que me parece aberrante del mal llamado uso peatonal del asfalto, es llamarlo  espacio protegido para el peatón cuando sus espacios naturales que son las aceras no lo son.

El recientemente anunciado plan  integral peatonal está muy lejos, por la cantidad de obstáculos viarios que en estos últimos años, en vez de eliminar, solo se han reducido o, lo que es más grave, se han creado.
 Sevilla y otras muchas ciudades, gracias a la inteligencia y esfuerzo de los políticos, carece de una norma técnica para la accesibilidad y por eso en el siglo 21 se han hecho multitud de obras de reparación y reurbanización sin cumplir una exigencia básica para la ACCESIBILIDAD PEATONAL: LA COTA CERO en los rebajes de acera en los PASOS DE PEATONES.

La reciente construcción del carril bici presenta muchos casos que son ofensivos para los usuarios de la silla de ruedas, que son, al fin y al cabo, peatones. Las mismas personas que quieren santificar la bicicleta han construido en los cruces del carril bici con la calzada unos rebajes cómodos para las ruedas de la bici, justamente al lado de donde poco antes se construyó un rebaje peatonal incómodo (dejando un bordillo para la silla de ruedas). Para estas, no se amolaron las aristas de los adoquines como sí era frecuente hacerle a los del carril bici.  Acaso las cabezas de adoquín quieren  hacer penitencia cortando las calles al tráfico normal.